Crónica. Visita Museo del Aire, 27 de Abril 2022

  Crónica. Visita Museo del Aire
      Como estaba previsto, un nutrido grupo de «jóvenes veteranos» de Sanidad Militar acudimos para visitar el Museo de Aeronáutica y Astronáutica, el Museo del Aire.
     Fuimos recibidos por el Coronel Toledano, Director del Museo, quien, tras los saludos y reconocimientos de rigor, nos dio la bienvenida entre palabras cálidas y cariñosas, deseándonos que la visita fuera satisfactoria a la vez que docente.
     El Coronel Toledano nos puso en manos de Alberto, nuestro guía, quien a lo largo de más de cien minutos nos fue ilustrando del pasado, del presente y del prometedor futuro de la aviación.
     Así fuimos admirando desde los primitivos modelos de avión, como el «FLYER I» o el «Brunet-Oliver», pasando por los «Avro», «»Bristol» o el «Fokker», por el «Polikarpov» o el «CASA Büker», hasta la más reciente etapa de la aviación, con los modernos aviones de combate, transporte o pasajeros.
     Pudimos admirar los míticos «Plus Ultra» y el «Dragon Rapide», conocer sus circunstancias y avatares; sus historias, sus historietas y sus leyendas.  Los primeros modelos del autogiro, sus comienzos, sus porqués, sus fracasos y el éxito final.
     La historia de los personajes que «hicieron la aviación»:
     Abbas Ibn Firnás, científico y químico andalusí, a quien se le atribuye la invención del paracaídas por haberse lanzado en el año 852 desde una torre de Córdoba con una enorme lona que amortiguara su caída. Sufrió heridas leves. Pero no hirieron su moral, ya que en el año 875 se hizo fabricar unas alas de madera recubiertas de tela y plumas de aves rapaces para lanzarse desde una torre a un valle y, aunque el aterrizaje fue malo, con fracturas en ambas piernas y otras heridas de diversa gravedad se le considera como el primer hombre en la historia que realizó intentos de volar.
     Diego Marín Aguilera, un labriego e inventor de Coruña del Conde (Burgos) sintió desde siempre una gran inquietud por entender cómo volaban las aves. Consiguió construirse un aparato volador con estructura de madera y plumas de aves rapaces, y la noche del 15 de mayo de 1.793 se lanzó al vacío desde la peña más alta del castillo. Aterrizó al otro lado del río, a unas 431 varas castellanas (unos 360 metros). El aeropuerto de Burgos tiene una placa en su homenaje.
     Juan de la Cierva fue el inventor del autogiro, el precursor del helicóptero. Siempre tuvo interés por el mundo de la aviación y siendo muy joven, junto a su amigo Tomás construyó pequeños modelos de aviones que consiguió hacerlos volar. Con sólo 16 años logró construir un avión biplano, el Cangrejo, que consiguió volar con un pasajero a bordo.
     Joaquín García Morato, fue un aviador español que participó en la guerra civil, en el bando sublevado. Está considerado como el as de la aviación española. Creó la Patrulla Azul.
     Ramón Franco, militar y aviador español que pasó a la historia por la hazaña del vuelo del Plus Ultra. Partiendo de Palos de la Frontera y haciendo escalas en Las Palmas de Gran Canaria, Rio de Janeiro, Recife y Montevideo para llegar a Buenos Aires, en Argentina.
     Sirvan estos ejemplos para representar a tantos y tantos cuantos han sido y hecho cosas importantes por la aviación.
     Tras la visita, ágape en el Mercado de Montiz, donde fuimos atendidos por Miguel y sus acólitos como siempre. Bien.
     Durante las viandas y tras ellas, los cambios de impresiones, el anecdotario de estas «viejas glorias» que conservan aún inquietudes y ganas de vivir. Reparto de los presentes con que nos había obsequiado el Museo.
     Y fin de fiesta.
      «Inventar un aeroplano no es nada; construir uno ya es algo; y volar ¡lo es todo!«
                                                                                                                                      (Otto Lilienthal-pionero de la aviación)
Para ver las imágenes del evento piche aquí
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