El pasado día 27 de Junio se conmemoró a la patrona de Sanidad Militar Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. La familia de los Veteranos, a falta de otras celebraciones, se reunió para su exaltación y recuerdo.
La asistencia no fue muy numerosa, en cualquier caso más de lo que los convocantes esperaban, pero sí tuvo ese halo de las convocatorias «especiales». Se trataba de rendir culto a nuestra Excelsa Patrona.
Además de patrona del Cuerpo de Sanidad Militar, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, también es protectora de los corredores de seguros y de los protésicos dentales; En España hay veinte institutos religiosos acogidos a su protección.
Es patrona de Haití y, además, de varios pueblos hispanoamericanos, como Trojes en Honduras; el distrito de Rimac en Lima; la localidad de El Vigía, estado de Mérida, en Venezuela; la ciudad de Huertas, en el cantón Zaruma, provincia de El Oro, en Ecuador; el municipio de Dabeiba, Antioquia, en Colombia; entre otros muchos lugares.
La invocación a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es una petición de todas las gracias. Su intercesión es un auxilio ante las dificultades.
Es venerada por la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y la Iglesias ortodoxas orientales.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Madre de Dios de la Pasión) es una advocación mariana.
La imagen que la representa es un icono bizantino procedente de Creta, cuyo original actualmente se venera en la Iglesia de San Alfonso del Esquilino, en Roma.
Como decíamos al principio, una veintena larga de veteranos se reunió para celebras la efeméride y compartir mesa y mantel en El Mercado de Montiz. Las viandas de calidad y abundantes, regadas de un buen Ribera del Duero. Las conversaciones evocadoras y la compañía entrañable de quienes lo fueron durante muchos años de milicia activa.
Quedémonos con el mensaje del icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Los arcángeles Gabriel y Miguel nos presentan a un Jesús niño asustado y estremecido que busca socorro en los brazos de su Madre, a cuya mano se aferra con fuerza.
El año próximo, quizás sin las ataduras de la pandemia, esperamos volver a recordar a nuestra Excelsa Patrona.
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